¿Se ha aflojado tu corona dental? Conoce el tratamiento para volver a dejarla firme y saber porque se aflojan las coronas de los implantes.
Los implantes dentales han cambiado la vida de millones de personas. Son una solución segura, cómoda y duradera para quienes han perdido una pieza dental. Permiten recuperar la función masticatoria, la estética y, lo que a veces es más importante, la confianza al sonreír o al hablar.
Pero como cualquier tratamiento, no son infalibles. Y aunque no es algo grave ni muy frecuente, a veces las coronas que van sobre el implante pueden aflojarse. Es algo que asusta y preocupa a muchos pacientes, pero que, en la mayoría de los casos, tiene fácil solución.
Empezamos por una breve explicación
Aunque en nuestro blog ya hemos hablado largo y tendido sobre los implantes dentales, nunca está de más hacer un breve recordatorio de cómo funcionan.
Y, es que, cuando nos referimos a ellos, decimos que son una estructura que sustituye la raíz de un diente perdido. Dicha estructura se coloca dentro del hueso, como si fuera un pequeño tornillo, y sobre él se coloca una pieza artificial (la corona) que imita el aspecto y la función de un diente natural.
La corona puede ir atornillada o cementada al implante, según el caso. Y aunque ambas opciones son seguras y funcionales, el paso del tiempo, algunos hábitos o pequeñas alteraciones mecánicas pueden hacer que esa unión pierda estabilidad.
Dicho de otro modo: el implante es la parte “invisible”, que queda dentro del hueso. La corona es la parte que ves y que usas para masticar, hablar o sonreír. Y como en cualquier sistema con piezas ensambladas, a veces esa unión necesita un pequeño ajuste.
¿Por qué se aflojan las coronas de los implantes?
Hay varios factores que pueden intervenir, y lo más habitual es que no se deba a un fallo del implante en sí, sino a lo que ocurre en la conexión entre el implante y la corona.
Una de las causas más habituales es un exceso de presión en la zona. Cuando la presión sobre la corona del implante no está bien distribuida —por ejemplo, si hay un punto de contacto alto con la pieza contraria— se pueden producir micro movimientos con el paso del tiempo. Estos pequeños movimientos, apenas perceptibles al principio, acaban provocando que el tornillo que une la corona al implante se afloje.
También puede influir el bruxismo, es decir, apretar o rechinar los dientes, especialmente por la noche. Este hábito, muchas veces inconsciente, somete al implante y a la corona a fuerzas para las que no siempre están preparadas. Incluso con un implante bien integrado, ese exceso de carga repetitiva puede acabar desajustando la unión con la corona.
Otra causa posible es un fallo en el torque del tornillo en el momento de colocar la corona. En pocas palabras, que el tornillo no se haya apretado con la fuerza adecuada desde el principio. Esto no es frecuente, sobre todo si el tratamiento lo realiza un profesional con experiencia, pero es algo que puede suceder.
Y por último, no podemos olvidar el paso del tiempo. Con los años, los materiales también sufren desgaste. La fricción constante, la saliva, los alimentos duros… Todo influye. Una corona que lleva varios años en boca puede requerir, simplemente, un pequeño reajuste.
¿Es algo grave?
La mayoría de las veces, una corona aflojada no significa que el implante esté mal ni que se haya perdido. De hecho, suele ser una cuestión sencilla de resolver en consulta.
Eso sí, es importante acudir al dentista cuanto antes si notas algo extraño. Porque si se deja pasar demasiado tiempo, ese leve movimiento puede dañar el tornillo, aflojar aún más la unión o incluso fracturar parte de la corona. Cuanto antes se actúe, más fácil será la solución.
En algunos casos, si la corona está cementada y no atornillada, el proceso de corrección puede ser un poco más delicado, ya que no se puede “desenroscar” sin más. Aun así, también hay soluciones eficaces en esos casos.
¿Cómo saber si una corona está floja?
El síntoma más claro es que notas movimiento en la pieza al masticar o al tocarla con la lengua. Puede ser muy sutil al principio, casi imperceptible, pero con el tiempo suele volverse más evidente. Algunas personas sienten que el diente “baila” ligeramente, aunque no haya dolor.
También es común escuchar un pequeño “clic” o chasquido al morder. Otras veces, lo que notas es una presión incómoda en esa zona al comer, como si algo no encaja bien.
En ciertos casos, puede haber inflamación o irritación en la encía cercana, sobre todo si se ha acumulado placa o restos de comida en el espacio generado por el movimiento. Incluso puede aparecer mal aliento si no se limpia bien la zona.
Lo importante es que, aunque no haya dolor, cualquier sensación diferente en un implante debe consultarse. Cuanto antes se detecte el problema, más sencilla será la solución.
¿Qué se hace si una corona está floja?
La solución dependerá de cómo esté colocada la corona: si es atornillada o cementada, si el tornillo está dañado o si la corona está intacta.
En muchos casos, basta con acceder al tornillo, apretarlo con el torque correcto y volver a cerrar el acceso con un material estético. Es un procedimiento rápido, sin dolor, que se hace en la misma consulta y que deja la pieza perfectamente funcional otra vez.
Si el tornillo se ha desgastado o ha perdido su forma, se puede reemplazar por uno nuevo sin tocar el implante. Y si la corona ha sufrido daño, se puede fabricar una nueva, ajustándose mejor para evitar que vuelva a aflojarse.
Cuando la corona está cementada y no se puede retirar fácilmente, hay que valorar la situación con más detalle. A veces se puede despegar con cuidado, otras veces hay que rehacer la corona. Pero en cualquier caso, el implante —si está bien osteointegrado— sigue siendo válido y no se pierde.
¿Cómo evitar que vuelva a pasar?
Lo primero es mantener una buena higiene oral. Aunque parezca que no tiene relación directa, una boca limpia y sin inflamación evita que se acumule placa cerca del implante y reduce el riesgo de problemas en la conexión entre piezas.
También es recomendable acudir a revisiones periódicas. En estas visitas, el dentista puede detectar a tiempo cualquier pequeño movimiento, puntos de presión mal ajustados o signos de desgaste.
Si tienes bruxismo, es conveniente usar una férula de descarga. Protege tanto los dientes naturales como los implantes de las cargas excesivas durante la noche.
Y, por supuesto, hay que evitar usar los dientes para lo que no están hechos: abrir envoltorios, cortar cosas o morder objetos duros como cáscaras o hielo. Ese tipo de gestos que parecen inofensivos pueden afectar directamente a la estabilidad de la corona.
Lo importante: no lo ignores
Que una corona se afloje no es algo grave, pero sí necesita atención. Es un pequeño recordatorio de que los implantes, aunque muy resistentes, también necesitan seguimiento. Y lo mejor es que, si se actúa a tiempo, la solución es sencilla, rápida y sin mayores complicaciones.
Si notas algo raro en tu implante, te animamos a venir a Clínica Dental La Paz y revisarlo sin demora. Preferimos verte para decirte que no pasa nada, antes que atenderte más adelante con una urgencia que podría haberse evitado. Puedes pedir tu cita.