¿Sabías que hay dientes que nunca llegan a formarse? Se llama agenesia dental y te explicamos qué es y cómo tratarla.
Existen problemas dentales que sorprenden porque no dependen de una mala higiene, de un golpe o de un descuido, sino de la genética y del desarrollo. Uno de ellos es la agenesia dental, la falta congénita de una o varias piezas dentales. Aunque no es prevenible, sí es posible diagnosticarla en edades tempranas y planificar un tratamiento que evite complicaciones más adelante. Si tienes este caso puedes pedir tu cita aquí, escribe en comentario la palabra “agenesia dental”.
Aenesia dental: qué es exactamente
Cuando hablamos de agenesia dental, nos referimos a la ausencia congénita de uno o varios dientes. No es que la pieza se haya caído, que se haya perdido bajo la encía o que nunca terminara de salir: en realidad, ese diente jamás existió, porque durante la etapa embrionaria no se formó el germen que da origen a la estructura dental.
Este problema puede afectar a la dentición temporal, aunque lo más habitual es que se presente en la dentición permanente. La señal más frecuente es que un diente de leche se cae y, meses después, el definitivo no aparece. Una simple radiografía panorámica permite confirmar la sospecha y comprobar si existe el germen dental o no.
¿Qué dientes suelen faltar?
Aunque cualquier pieza puede verse afectada, hay patrones que se repiten con frecuencia. Los incisivos laterales superiores, situados junto a los colmillos, son los que con mayor frecuencia no llegan a formarse. También los segundos premolares suelen estar ausentes, tanto en la arcada superior como en la inferior. Por último, es relativamente común que falten las muelas del juicio, aunque en este caso no suele considerarse un problema ni funcional ni estético.
La ausencia de dientes más visibles, como incisivos centrales o caninos, es menos habitual, pero cuando ocurre tiene un gran impacto en la armonía de la sonrisa.
Agenesia parcial o total: una diferencia importante
La agenesia no siempre se presenta del mismo modo. Cuando falta un solo diente, o hasta un máximo de seis, hablamos de agenesia parcial o hipodoncia, que es la forma más habitual. En cambio, si faltan más de seis piezas, utilizamos el término oligodoncia. Por último, en casos extremadamente raros, puede producirse una anodoncia, es decir, la ausencia total de dientes.
Lo normal es que el problema afecte solo a una o dos piezas, pero incluso esa “pequeña falta” puede tener consecuencias notables en la mordida, en la alineación de los dientes y en la estética de la sonrisa.
Las causas más frecuentes de agenesia dental
Muchas familias piensan en un inicio que la ausencia de dientes puede estar relacionada con una caída, con caries o incluso con un descuido en la infancia. La realidad es muy distinta: la agenesia está vinculada a factores mucho más profundos.
La causa principal suele ser hereditaria. Si a uno de los padres le faltó algún diente de manera congénita, es bastante probable que los hijos presenten el mismo patrón. Este fenómeno recibe el nombre de agenesia dental hereditaria y está relacionado con la acción de determinados genes responsables de la formación de los dientes.
En otros casos, se debe a mutaciones genéticas no heredadas, que ocurren de manera espontánea durante el desarrollo embrionario. También existen factores ambientales que pueden influir, como infecciones durante el embarazo, déficits nutricionales o la toma de ciertos medicamentos. Por último, la agenesia puede estar asociada a síndromes médicos más complejos, aunque esto es mucho menos frecuente.
En la práctica diaria, lo habitual es que el origen sea hereditario y que la agenesia aparezca de manera aislada, sin relación con otros problemas de salud.
Cómo se diagnostica la agenesia dental
El primer indicio suele ser la falta de erupción de un diente permanente tras la caída del de leche. Muchas veces los padres piensan que se trata de un simple retraso, pero si el tiempo pasa y el diente no aparece, conviene acudir al odontopediatra.
El diagnóstico se confirma mediante una exploración clínica y, sobre todo, con una radiografía panorámica. Esta prueba permite comprobar si el germen dental está presente o si nunca llegó a formarse. Con esta información, el odontólogo puede valorar cuántos dientes faltan, en qué posiciones y qué implicaciones tendrá esa ausencia en el desarrollo de la mordida.
Consecuencias de no tratar la agenesia
No dar importancia a la ausencia de un diente puede acarrear problemas con el tiempo. La mordida se ve alterada porque los dientes vecinos tienden a desplazarse hacia el hueco vacío. Esto genera desalineaciones que complican la masticación y provocan sobrecarga en otras piezas. También es habitual que aparezcan dificultades en la pronunciación, sobre todo si faltan incisivos.
Más allá de los aspectos funcionales, la estética juega un papel fundamental. En la adolescencia o en la edad adulta temprana, tener un hueco visible en la sonrisa puede afectar la autoestima, generar inseguridad y limitar la confianza al hablar o al relacionarse.
Tratamiento de la agenesia dental según la edad
El tratamiento dependerá de la edad del paciente, del número de dientes ausentes y del estado general de la boca.
Por ejemplo, en niños pequeños, lo normal es intentar conservar el diente de leche si se encuentra en buen estado, de modo que siga cumpliendo su función el mayor tiempo posible. Paralelamente, se realizan controles periódicos para vigilar la evolución y planificar si será necesario un tratamiento ortodóncico.
En la adolescencia, cuando el crecimiento óseo aún no ha terminado, pueden utilizarse prótesis removibles que sustituyen los dientes ausentes de manera provisional. También es frecuente recurrir a la ortodoncia para guiar el movimiento de los dientes vecinos y preparar el espacio necesario para una futura solución definitiva.
En adultos, el tratamiento más recomendable suele ser el implante dental. Esta opción proporciona una raíz artificial sobre la que se coloca una corona que imita a la perfección la forma y el color del diente natural. También existen alternativas como los puentes o las prótesis fijas, que en algunos casos pueden ser más adecuadas.
Lo más importante es que el plan de tratamiento se personalice según las necesidades de cada paciente, priorizando no solo la estética de la sonrisa, sino también la funcionalidad a largo plazo.
El valor de un acompañamiento profesional
Recibir un diagnóstico de agenesia dental puede generar preocupación en los padres o incertidumbre en los jóvenes adultos. Sin embargo, hay que saber que existen soluciones seguras y eficaces en todas las etapas de la vida.
En CLÍNICA DENTAL LA PAZ ofrecemos un enfoque integral: desde la primera valoración con el odontopediatra hasta los tratamientos de ortodoncia o implantología en la edad adulta. El acompañamiento continuo permite que cada decisión se tome en el momento adecuado, evitando complicaciones y asegurando un resultado funcional y estético. Pincha aquí para ver nuestra web.